A identidad ha jugado un papel fundamental en la formación de los movimientos sociales contemporáneos, sobre todo en los movimientos feministas y en el movimiento de lucha contra el racismo.
La identidad ha sido, ayer igual que hoy, un concepto clave que ha tenido presencia dentro de nuestras estrategias. Por eso, al hacer cualquier intento de análisis de nuestros movimientos y de las luchas emancipatorias será necesario retomar el tema de la identidad, enfocando la mirada hacia lo que hemos entendido por ésta, el papel que ha jugado y las implicaciones de este quehacer identitario para el logro de esa sociedad de libertad, justicia y respeto por la que pretendida mente trabajamos. Cuando yo digo soy mujer o soy negra o soy las dos cosas, ¿a qué sistema de representación de mí misma estoy apelando? ¿Qué mecanismos de inteligibilidad estoy poniendo en marcha? ¿Qué significado tiene para quien me escucha el ser negra, el ser mujer? ¿Hay como tal un ser "negro", una esencia negra? ¿Podemos, en República Dominicana, en El Caribe, hablar de una identidad negra?
Ciertamente, el quién soy, el quiénes somos, ha sido objeto de grandes preocupaciones ontológicas desde el principio de la construcción del pensamiento filosófico occidental.